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De vuelta a la Capilla de Sapiencia.

De nuevo hemos podido asistir a un concierto del CLUB CORAL LA NAU GRAN en la Capilla de Sapiencia del Centro Cultural La Nau.

Muchos años han pasado desde la última vez que el CLUB CORAL no se presentaba en esta Capilla. Es bien cierto que, en estos casi doce años de vida, se había ido multiplicado llegando a tener más de sesenta miembros coralistas, y esto hacía muy difícil que este singular espacio pudiese acogerlos de una manera mínimamente ordenada.

Estos dos últimos años, como en toda la sociedad, han hecho mella en el número de miembros que en la actualidad rondan los 35, aunque el próximo curso “amenaza” con elevar de nuevo su número hacia los sesenta debido a la gran demanda de cantantes que están esperando que se abra la puerta de acceso a este querido espacio musical de la Universidad de Valencia.

Para la tarde del viernes 17 de junio su directora, Mònica Perales, nos tenía preparado un programa muy apetecible para los que, como amigos y familiares, siempre seguimos a estos “grandes” muchacho y muchachas que siempre nos avisan para que los acompañemos. Siempre parece que hay un porqué en la elección de las canciones y a los que acudimos a sus conciertos nunca nos defrauda.

En estos casi dos años y medio sin realizar un concierto, desde finales de febrero de 2020, con la excepción de su aparición navideña en el Claustro Central de este Centro Cultural, han seguido ampliando su repertorio y, para esta ocasión nos han presentado hasta nueve nuevas canciones que han combinado con algunas, también nuevas, pero que ya nos resultaban familiares por haberlas escuchado en su último concierto.

Nos consta que mucho ha trabajado Mònica para conseguir que, con confinamientos incluidos, este ilusionado grupo siguiera trabajando y manteniendo ese nivel de motivación que la situación requería. Muy gratamente nos ha sorprendido el resultado que ha obtenido con ellos, hemos asistido a un concierto que, a pesar de su carácter netamente amateur, ha tenido momentos verdaderamente entrañables e incluso sublimes.

Las primeras cuatro canciones han estado dedicadas a música del Renacimiento, cuatro joyas que nos han dejado con la miel en los labios esperando su continuación, que fueran más largas. Hemos escuchado: “Ce mois de mai” de Clement Janequin, “Mas vale trocar” de Juan de la Encina, “El Grillo” de Josquin Des Prez y “Dindirindín” Anónimo del Siglo XVI del Cançoner d’Uppsala.

No me resisto a transcribir parte de un artículo que aparece en Wikipedia y que nos ha llamado la atención por el sentido social que parece representar:

Almudena M. Castro:

“El grillo es, probablemente, la frottola (un tipo de canción con una textura simple, generalmente homofónica,  que significa que todas las voces se mueven a la vez y complementan a la principal, siguiendo el mismo ritmo) más popular de Josquin Desprez. Irónica y tierna, habla de lo “buon cantore” que es el pequeño insecto y lo bien que aguanta las notas largas. Aunque también se ha especulado que Josquin podría estar refiriéndose a su amigo el cantante Carlo Grillo. Grillo formaba parte de la capilla musical del cardenal Ascanio Sforza que, al parecer, era bastante rácano a la hora de remunerar a sus músicos. Desprez podría estar al tanto de los aprietos económicos de su compañero y por ello compone esta frottola con un doble sentido, a modo de canción protesta. Léase: señor cardenal, pague usted al buen Grillo, que al contrario que muchos pájaros, él es un músico fiel y canta por amor.”

A continuación, interpretaron “Velo qué bonito”, es un alabao (música tradicional de del noreste de Colombia, en las costas del Pacífico y el Atlántico) con aire bunde (wunde; tonada, conto y danza de Sierra Leona en África) que nos situó en la música tradicional y nos cambió de ritmo. Un ritmo de aire fresco para alegrar tarde y para iniciar el cambio de melodías. para alegrar LA tarde.

Dos canciones sobre adaptaciones de poemas muy reconocidos, “La Balanguera” adaptación del poema de Joan Alcover y musicado por Amadeo Vives, y “Se equivocó la paloma” sobre el poema escrito en París por Rafael Alberti,eincluido en el libro “Entre el clavel y la espada”, y que musicalizó, maravillosamente por cierto, Carlos Guastavino cuando se relacionaron en ArgentinaGuastavino agregó al final de cada estrofa la frase sugerente “Se equivocó la paloma, se equivocaba”, que solo se encuentra en el inicio del poema, para darle más énfasis en la expresión musical.

Un inciso: A la salida del concierto, hablando con uno de los tenores sobre el énfasis que se pone en los ensayos me comentaba, tu imagínate que Mònica en algún momento en el que fallamos en alguna expresión se le ocurre decirnos, por ejemplo:

“Debéis tener un especial cuidado en ese Do bemol que el compositor ha puesto para reforzar la intensidad del acorde”, y pienso, …. que pasará por su cabeza al ver la expresión de ignorancia en nuestras caras. Pero, sorprendente se sonríe, y sin desaliento, nos motiva para que lo recordemos en la siguiente repetición. ¡Una fuera de serie!

Con la canción popular gallega “A Saia da Carolina”,armonizada por Josep Gil Tàrrega volvió la alegría a la Capilla y nos preparó para una delicatessen coral de Beethoven“Già la note s’avvicina”.

A continuación, pudimos escuchar uno de los “negros espirituales” más versionados desde que se arreglara para voz y piano en 1917, “Nobody knows” que se originó como un espiritual afroamericano del periodo de esclavitud. “Nadie sabe el problema que he visto”, expresa el dolor que sufren los esclavos, y les ofrece esperanza a través de apasionadas creencias religiosas. El ritmo final de la canción nos lleva al optimismo.

¡Y luego una versión que cada vez que la escucho en la interpretación de este coro se me eriza la piel, “Imagine”!

Mònica ha conseguido que el coro en su totalidad, asuma el papel que ella ha planteado. Alcanzan una versión, en mi opinión, de un gran nivel. Claro está que Eduard Marquina al piano aporta ese gran momento de expresividad que necesita esta dulce melodía para que temas tan importantes sean aceptados por todo tipo de público y, por inalcanzables que parezcan las sugerencias que se manifiestan, lleguemos a imaginar que eso es posible, ¡gran canción, y excelente versión!

Y para terminar, dos canciones de Greg Gilpin para aportar ese aire de modernidadque siempre aparecen en su repertorio. En primer lugar, ¡un sugerente “The Holiday Tango!” para la que la propia Mònica Perales ha traducido la letra desde el inglés, y que reconocemos que nos ha sorprendido. Una canción con mucho futuro y con la que obtendrán muchos éxitos.

¡Y luego “Whisper!”, versión desenfadada de una canción enérgica y contagiosa, que ha servido para terminar una velada llena de canciones con las que hemos realizado un recorrido por diversas tendencias musicales y que, a tenor de los aplausos que se han escuchado, ha sido muy del agrado de todos los que hemos acudido hoy a la Capilla de la Sapiencia.

¡Al final la directora nos ha obsequiado con un “bis” del alegre y jocoso “The Holiday Tango!”, haciendo participar al público del ritmo y movimientos de su coreografía.

¿Qué podemos decir de Eduard Marquina?, creo que con esto que aparece en la presentación de uno de sus últimos discos no refleja muy bien lo que luego vemos en el escenario:

 “Un poquito sobre Eduard

Musicalmente inquieto

Eduard Marquina-Selfa es un pianista, arreglista y compositor valenciano, con versatilidad e ingenio. El joven músico no se cierra las puertas a proyectos de diferente índole, desde dúos jazzísticos, hasta proyectos corales. Desde shows recopilando grandes estándars del swing a la interpretación contemporánea de obras originales”

De bien joven ha tenido la música en casa. Hijo de profesores de música y hermano de violinista, a los 5 años comenzó su aprendizaje pianístico con el método Suzuki. Acabó graduándose en el Conservatorio Superior de música de Valencia en la especialidad de Interpretación y en la de Jazz, habiendo ganado el concurso “Mestre Josep Serrano” en su época de estudiante.

Es común verle tocar en salas como Jimmy Glass jazz bar, Matisse Club o Café Mercedes, además de haber ofrecido conciertos en el Palau de la Música, Marqués de dos aguas, Rialto y Teatro Principal entre otros.

Mònica Perales i Massana, pues para Mònica no vale una definición curricular normal, toda ella es un “curricular”, desde que se levanta hasta el final del día todo parece ser intensidad.

Licenciada en Historia del Arte, tiene acaparados todos los apartados de la carrera de dirección y de todo lo que se pueda relacionar con la música, sobre todo coral. Asume la formación y dirección de varios grupos corales en Valencia, Godella, Puerto de Sagunto ……, entre ellos la Escola Coral La Nau y el Club Coral La Nau Gran de la Universidad de Valencia, imparte cursos de dirección coral, coordina el Cor de la Federación de Cros de la Comunitat Valenciana (FECOCOVA), ha participado en varias jornadas de Aulodia, trabaja en talleres de talleres corales para adultos, imparte cursos  de dirección, es invitada a formar parte de jurado en Premios de Canto Coral, etc, etc, etc, y además es la fundadora y directora del Cor de dones “A cau d’orella”. Y a cualquier hora que te encuentra con ellas sonríe. Como nos comentaba el tenor con el que hemos hablado a la salida del concierto, ¡UNA FUERA DE SERIE!

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