La misión de nuestra asociación es la de apoyar de forma sana la integración social de todos los individuos de nuestra comunidad, recuperando los principales valores primarios a través del deporte y la cultura. El deporte promueve la salud de quien lo practica. También nos hace esforzarnos por socializar y nos enseña valores tanto sociales como personales. Nos enseña normas y comportamientos, teniendo que someterse quien lo practica, a las reglas del equipo o del grupo. Este aspecto ayuda a forjar una personalidad propia, especialmente cuando se trata de los más jóvenes.

Somos conscientes de que la simple participación en prácticas deportivas no genera automáticamente esos valores deseables para la convivencia humana. De inicio, tampoco se tiene porqué generar de forma espontánea la sincronicidad requerida para la buena marcha de la actividad deportiva. Ese es el proceso y para ello es necesario un sistema que facilite la promoción y desarrollo de estos valores que nos permita aprovechar un marco de actuación tan potente como es el deporte.

Para educar en valores, el deporte debe plantearse de forma que permita:

1. 1. 1. Fomentar el autoconocimiento y mejorar el autoconcepto.
      2. Potenciar el diálogo como la mejor manera de solucionar los conflictos que se presenten.
      3. La participación de todos y todas en el análisis, la toma de decisiones y, en general, el funcionamiento del grupo.
      4. Potenciar la autonomía personal de los individuos implicados en los diferentes niveles de intervención.
      5. Aprovechar el fracaso como elemento educativo.
      6. El respeto y la aceptación de las diferencias individuales.
      7. Potenciar la actividad deportiva como un escenario de aprendizaje de conductas y hábitos coherentes con los planteamientos aceptados por el grupo.
      8. Aprovechar las situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales encaminadas a favorecer la convivencia, no sólo entre los miembros del grupo, sino entre ellos y otras personas y colectivos implicados.

La cultura es la forma de expresión más característica del ser humano. A través de cualquiera de las expresiones culturales podemos expresar nuestros sentimientos, nuestra opinión, nuestros puntos de vista…así como el de los demás a través de nuestro prisma, impactando en nuestro interlocutor tanto positiva como negativamente, pero desde una perspectiva pacífica y con una base de fondo que es el diálogo. Así, como seres sociales, la cultura nos ayuda a entender nuestro entorno y ha mimetizarnos con él, incluso a ser crítico con él desde la tolerancia, el respeto, la igualdad entre otros.