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DE NUEVO WAGNER EN EL PALAU DE LES ARTS

“Tristán e Isolda”, de Richard Wagner

Fue estrenada en Múnich el 10 de junio de 1865

El día 17 de abril de 2023 a las 19 h programación exclusiva para jóvenes a 10 € la entrada

 

Y los días 20, 23, 26 y 29 de abril y 3 de mayo en funciones de abono.

 

Esta “Galáctica” versión de “Tristán e Isolda”, se corresponde con el aplazamiento que la obra tuvo que sufrir en marzo de 2020 por motivos de la pandemia del Covid 19.

La producción de Àlex Ollé traslada el drama romántico de “Tristán e Isolda” a un espacio que nos recuerdan a “Star Wars” y que, curiosamente, coincide con los rodajes realizados últimamente en los alrededores del Palau de Les Arts.

 

La escenografía de Alfons Flores se ha decantado en esta ocasión por una gran esfera de madera de más de 5 t. de peso que se va descomponiendo y creando escenarios

“TRISTAN UND ISOLDE”Richard Wagner

Ópera en tres actos. Libreto del compositor

La historia de Isolda de Irlanda y del joven Tristán se ha empeñado en mostrar el carácter trascendente del amor como ruptor de lindes y como transgresor de corporeidades. La infinitud buscada en su desarrollo, la continua transformación de la célula melódica original, y la destrucción de la forma previa sólo persiguen un horizonte: la superación de la atadura física. Tristán e Isolda son la vida más allá de la vida, siendo ésta sinónimo de muerte; siendo tal muerte el paso a la forma más perfecta de energía que, como una luz cegadora, lo sume todo en un abismo de inconsciente y supremo deleite.

Equipo creativo:

Dirección musical: James Gaffigan

Dirección de escena: Àlex Ollé (La Fura dels Baus)

Escenografía: Alfons Flores

Iluminación: Urs Schönebaum

Video: Franc Aleu

 

Reparto:

 

Tristán: Stephen Gould

König Marke: Ain Anger

Isolda: Ricarda Merbeth

Brangäne: Claudia Mahnke

Kurwenal: Kostas Smoriginas

Melot: Moisés Marín

Un timonel: Alejandro Sánchez

 

Cor de la Generalitat Valenciana

Director Francesc Perales

Orquestra de la Comunitat Valenciana

Producción de la Opéra de Lyon

“Digital melómano: Carlos López, 27/03/2012

Las grandes obras de arte son, en la mayoría de los casos, producto de las casualidades, o, mejor dicho, de la conjunción de una serie de factores causales que provocan, irremediablemente, el nacimiento de un monumento artístico. Nada más lejos, el compositor germano Richard Wagner fue protagonista de un hito en la historia del arte, cuando, sin ser plenamente consciente de ello, cambió la historia de la música occidental desde las primeras notas de su ópera «Tristan und Isolde».

Génesis

Contando con la inspiración remota en lecturas infantiles efectuadas junto a su tío Adolf, Wagner comenzó desde muy pronto a querer dar realidad musical a la leyenda artúrica y medieval de «Tristán e Iseo». Para la confección, de su propia mano, del libreto, el maestro germano utilizó como señera fuente la traducción del erudito Gottfried von Strassburg, más algunas versiones de tradición celta (de procedencia e idioma galés, francés o inglés) e incluso otras castellanas, remodelando la leyenda, reduciéndola a lo esencial y convirtiéndola en un drama conciso, vigoroso, de escuetos cambios de acción. La leyenda cuenta cómo Tristán, el guerrero córnico, e Isolda, la princesa irlandesa, se enamoran al beber un filtro de amor, pero el músico presenta a los protagonistas ya enamorados, con lo que el efecto de la poción, un supuesto bebedizo mortal que Brangäne sustituye previamente, no es otro sino el agravamiento de la pasión amorosa…..

En 1857 Wagner le enseñó el libreto a la joven señora Wesendonck, confesando que su génesis se la debía enteramente a ella. El compositor pidió incluso a Mathilde escapar juntos y unir definitivamente sus vidas, pero ella echó mano de una recatada prudencia y rechazó tal idea, hecho del que se hizo eco Minna, la malhumorada esposa de Wagner, que concibe la situación como insostenible e insoportable, y le fuerza a un voluntario y solitario destierro en Venecia. Mathilde se convierte así, desde su autoexilio veneciano, en ese anhelado objeto de amor inalcanzable.

Es en la ciudad de los canales donde concluye el segundo acto y parte del tercero de «Tristán», mientras que, en Lucerna, donde entraría en contacto con el director de orquesta Hans von Bülow y su esposa Cosima (la hija de Liszt que posteriormente se convertiría en esposa de Wagner), efectúa la definitiva orquestación en 1859.

Estreno

Fue Múnich finalmente el escenario en que, el 10 de junio de 1865, tras interminables ensayos, bajo la dirección de Von Bülow (que, a pesar de estar colaborando codo con codo con Wagner, no se enteraba de que Cosima mantenía una secreta relación con dicho autor) y el auspicio del joven monarca, se produjo el esperado estreno de «Tristán e Isolda», protagonizado por Ludwig Schnorr, una excelente voz tenoril, y su esposa Malvina, ambos cantantes de lujo y actores consumados.

Deseo

El deseo y la renuncia terrenal, el amor y la muerte, se dan cita en esta discutida partitura a través de su indomable expresión musical. Wagner explora en ella todos los aspectos conscientes e inconscientes de un amor maduro entre adultos, muy al contrario del trágico amor adolescente de «Romeo y Julieta» de William Shakespeare. No obstante, el dramaturgo inglés fue una decisiva influencia, junto al drama griego (no en vano denomina Wagner a la ópera «Handlung in drei Aufzügen», acción dramática, término derivado de la traducción del griego, en tres actos) y al teatro de Calderón de la Barca, uno de sus escritores predilectos.

Por otra parte, el complicado entramado psicológico de «Tristán e Isolda» se debe a la decisiva aportación de la filosofía de Schopenhauer, en concreto de su libro «El mundo como voluntad y representación», del que Wagner extrae propias conclusiones para la ideología dominante en la obra, una automática respuesta metafísica a su incombustible, inconsumable e inconfesable amor hacia Mathilde Wesendonck. Trasmutado en la terrible historia legendaria, el autor busca el consuelo para «el sentido e intenso deseo de muerte: una total inconsciencia, una completa negación del ser, el desvanecimiento de todo sueño, el único y conclusivo viaje», comenta el propio Wagner en una carta a Liszt el 16 de diciembre de 1854, donde comenta y declara cómo sería su proyecto definitivo sobre Tristán. Esta idea, apropiada por Wagner, evoca la necesidad de negar la voluntad y renunciar a todo deseo mundano, incluida toda ambición mundana y todo deseo sexual y erótico, la misma renuncia que Wotan proyecta en el «Anillo» sobre el mundo terrenal y el poder del oro mágico.

En los pentagramas y los versos de Tristán se hace patente la completa redención a través del amor, el amor trascendental, pues, según Schopenhauer, «la voluntad de vivir, la pasión amorosa y el deseo de satisfacción no crean sino tormento, por lo que la vida terrenal deviene en un mar de sufrimiento».

Música

La consecución de la «Gesamtkunstwerk» (obra de arte total) que bien ejemplifica «Tristán e Isolda», nace en la producción wagneriana como culminación de una búsqueda estética satisfactoria que bebe del amor por Mozart y Beethoven, primigenia combinación de ópera pura y sinfonismo (explotación orquestal), la influencia de la «grand’opéra» francesa (que bien imitara Wagner en sus comienzos) y la estela lírica germánica de Weber.

Las puertas de la modernidad se abren con ese inicial acorde cromático de Tristán, cuya fuerte tensión emotiva contiene el germen, por anticipación atonal, de la inestabilidad tonal característica de toda la heredera música posterior (Berg, Schoenberg, Webern,…). El Preludio, tocado en 1860, fue una sorpresa para el propio Wagner, quien exclamó «¡qué lejos he quedado yo del mundo en ocho años!», al asistir a los primeros ensayos vieneses de la original partitura…….”

Muchos han sido los pintores que se han hecho eco de la leyenda de “Tristán e Isolda”. Por ejemplo:

«Tristán e Isolda (La muerte)», de Rogelio de Egusquiza, representa el momento en el que ella cae envenenada sobre el cadáver de Tristán.

Isolda ofrece el filtro de amor a Tristán de John William

 

 

Una parte muy importante de “Tristán e Isolda”, es el preludio de Wagner a la obra:

Con un preludio de más de 10 minutos en los que Wagner nos va desgranando los “leitmotivs” que nos irá presentando cada vez que se haga referencia a un objeto o situación a lao largo de la obra.

 

Anhelo y deseo: Preludio acto I, y también aparecerá en la quinta y última escena del acto I, tercera escena del acto II y segunda y tercera escenas del acto III. Este leitmotiv es la confesión de la pasión entre los dos protagonistas.

La mirada. Se oye por primera vez en el Preludio del acto I y a lo largo de ese mismo acto y en la segunda escena del acto III, con variaciones. La mirada, o mirada de amor, expresa el enamoramiento entre Tristán e Isolda cuando se miran uno al otro.

El cofre de los filtros mágicos. Lo oímos por primera vez en el Preludio del acto I. Este leitmotiv hace referencia a los filtros mágicos que Isolda recibió de su madre.

El filtro de amor. Este leitmotiv que se oye en el preludio del acto I y en el desarrollo del mismo, cuando Isolda da a beber el filtro que despertará el amor en Tristán, aunque ella cree que le da un veneno para matarlo. Para complicarlo un poco más, Wagner coloca en medio el leitmotiv del anhelo, que hemos podido oír al inicio.

El anhelo por la muerte. También se oye en el Preludio del acto I. El sentido que tiene es en realidad el que concluye la ópera, cuando tan sólo en la muerte, los amantes pueden estar verdaderamente unidos.

Stephen Gould 

Stephen Gould es un heldentenor (1) estadounidense , nacido en Virginia en 1962. Se graduó de la Universidad Olivet Nazarene con una licenciatura en artes en 1984.

Al principio de su carrera, en 1989, era un sustituto de un enfermo Chris Merritt en Los Ángeles Opera ‘s Tancredi” , el canto opuesto Marilyn Horne . Más tarde su trabajo incluyó teatro musical , pero en 2006 interpretó el papel principal de Siegfried en “Der Ring des Nibelungen de Wagner en el Festival de Bayreuth . Sin embargo, «El personaje de Tannhäuser es más apropiado para mí que Siegfried», dijo Gould a Foro Opera en diciembre de 2007. En 2009 Gould cantó en varios teatros de ópera, incluyendo Korngold ‘s asas Die Stadt en Londres ,Peter Grimes en Ginebra , Tannhäuser en Las Palmas y también en Roma , Otello en Tokio y Der Ring des Nibelungen en la Ópera Estatal de Viena .

Un heldentenor es el intérprete masculino principal en las óperas wagnerianas. debe poseer una voz suficientemente poderosa para sobrepasar potentes orquestas. Pocas palabras para definir un tipo de tenor que deberá vérselas con papeles muy comprometidos y agotadores.

La soprano Ricarda Merbeth es Isolda

 

Isolda resuelve quitarse la vida para escapar del matrimonio con Marke a quien ella no ama. Tristán también habrá de tomar el veneno y así morir con ella. Enfrentados a la muerte los amantes se abrazan. Horrorizados descubren que Brangania ha sustituido una poción de amor por el veneno.

Así comienza la ópera Tristán e Isolda” de Richard Wagner.

La soprano alemana Ricarda Merbeth interpreta el papel de Isolda“Tristán e Isolda” pasan del odio al amor y dan rienda suelta a un amor prohibido que termina en tragedia.

De 1999 a 2005 fue miembro de la compañía en la Ópera Estatal de Viena, donde todavía se presenta con regularidad como artista invitada.

Ricarda Merbeth es invitada con frecuencia de los principales teatros de ópera, incluyendo la Ópera Estatal de Berlín, la Ópera Estatal de Hamburgo, la Ópera de Baviera (Múnich), la Ópera de la Bastilla (París), el Gran Teatro del Liceo (Barcelona) y el Nuevo Teatro Nacional de Tokio. También da conciertos en Nueva York, Madrid y Zúrich.

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